No es sólo goles
La fortaleza mental y la forma física del Castellón, más allá de los goles, es lo que más ha cambiado con Schreuder.
La eficacia y efectividad en ataque es algo bastante cuantificable en el fútbol, especialmente con las estadísticas avanzadas disponibles hoy en día, desde xG hasta ocasiones creadas. Sin embargo, un equipo con mejor "mentalidad" y fuerza mental es quizás más difícil de cifrar. También está la forma física, que teóricamente se puede medir en kilómetros recorridos cada partido, pero que también se entrelaza mucho con las emociones de los jugadores y la motivación en general.
La exhibición del Castellón ante el Ceuta el domingo fue un ejemplo de lo que es este equipo. Ir por detrás en el marcador, remontar con fuerza y seguir atacando incluso con ventaja. Conceder un penalti dudoso que detuvo fantásticamente Crettaz no cambió nada. Este es un equipo que se lanzará al ataque de principio a fin, y eso no sólo se debe a la mejor forma física que lo hace posible, sino también al deseo de hacerlo que ha inculcado Schreuder.
Por difícil que sea medirlo, me conformaré con exponer un par de datos sencillos sobre los partidos del Castellón de la temporada pasada comparados con los de ésta que lo dicen todo. Todavía es muy pronto para tener una muestra lo suficientemente grande de esta temporada, pero ya hay indicios de que este equipo está en otro mundo en comparación con el año pasado.
En toda la temporada 22/23, el Castellón sólo ganó un partido después de encajar primero o de recibir un gol del empate, contra el descendido La Nucía. En sólo ocho partidos esta temporada, eso ya ha ocurrido tres veces. Málaga para empezar la temporada, Intercity, y el fin de semana contra el Ceuta.
En toda la temporada 22/23, hubo nueve partidos que el Castellón empató o perdió desde una posición ganadora. Eso supone un 36% de partidos en los que el Castellón llevaba ventaja. En lo que va de temporada, eso no ha ocurrido. El Castellón ha ganado todos los partidos en los que se ha puesto por delante.
Los mismos jugadores que estaban el año pasado (7 de 11 en el once inicial contra el Ceuta) parecen transformados, sobre todo en el aspecto físico, y los fichajes han encajado muy bien en poco tiempo. El año pasado, un gol en contra provocaba en los aficionados la sensación de que los tres puntos se habían esfumado. Para los aficionados este año, un gol encajado no es más que una mosca en el parabrisas en el contexto del partido, que al final se pasa por alto. Que siga así.